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Para determinadas instalaciones que consumen grandes cantidades de lechada de cal apagada, merece la pena que el explotador se encargue de apagar la cal. El principio consiste en dosificar cal viva en una cuba agitada a alta concentración. Al entrar en contacto el agua y la cal viva, se desencadena una reacción exotérmica (en química, se dice que una reacción es exotérmica porque produce calor) que produce vapor.
Este vapor es capturado por una torre de lavado. Un sensor de temperatura, así como los contactos de los caudalímetros y un sensor de nivel muy alto, controlan constantemente el correcto funcionamiento de la instalación. Una vez finalizada la reacción, la lechada de cal apagada obtenida se transfiere por rebose a un tanque de dilución, donde se reduce a una concentración menor para su bombeo al proceso.
Los tanques de extinción pueden ser de acero pintado o de acero inoxidable 304/316. Estos tanques con un fondo bombeados están provistos de una válvula en el centro para permitir la limpieza regular de los carbonatos e impurezas liberados durante la reacción.
