La planta de Egger en Rambervillers, en el departamento de «les Vosges», recibe anualmente 700.000 toneladas de madera en bruto y las transforma en unos 600.000m2 de paneles decorativos y de otros productos complementarios de madera. Suministra a fabricantes de muebles, diseñadores de interiores, arquitectos o marcas de bricolaje de países como Francia, Alemania, Austria, Suiza, el Benelux e Italia.
Tanto en esta planta como en el resto de su parque, el grupo internacional Egger (de origen austriaco) está llevando a cabo una ambiciosa estrategia medioambiental, que va desde la silvicultura hasta el reciclaje de residuos. En su agenda están la gestión forestal sostenible, la trazabilidad completa del producto (certificación ISO 38200) y la economía circular. En la planta de Rambervillers esto significaba tratar con cal los humos de la caldera quemando los residuos. Para abordar esta cuestión Egger acudió a Sodimate, que en cuatro meses diseñó, fabricó y entregó una solución completa e inmediatamente funcional.
Certificada según los estándares ambientales ISO 14001 en 2016, la planta de Rambervillers quema todos sus residuos en una caldera de biomasa de 55 MW. “Somos prácticamente autónomos, ya que producimos toda la energía térmica necesaria para el proceso, así como una buena parte de nuestra electricidad, gracias a una turbina de vapor de 9,6 MW”, explica Pascal Labourdique, responsable energético. La caldera está considerada como una incineradora, y no como una simple generadora de calor, y debe someterse a restricciones regulatorias muy estrictas en términos de emisiones. Los niveles de polvo, metales, HCl, HF, SO2, VOC, CO, así como de dioxinas y furano, en los humos de este tipo de instalaciones están severamente limitados, y es que, aunque las aproximadamente trescientas (300) toneladas de residuos que se queman a diario en Rambervillers contienen principalmente madera, también hay material plástico (bandas de canto). Pese a que la caldera data de 2018 y es pura tecnología punta, así que que el filtro de chimenea fue reemplazado en 2020, los niveles de ácido clorhídrico (HCl) y en ocasiones de dióxido de azufre (SO2) en los humos todavía excedían los límites reglamentarios. Por ello, la Dirección Regional de Medio Ambiente, Planificación y Vivienda (Dreal) de la región Grand Est exigió un acondicionamiento.
La solución es muy común: tratar los humos con cal para capturar los contaminantes mediante adsorción, para posteriormente atrapar esas partículas contaminadas con un filtro. “Nuestros equipos técnicos esbozaron una solu-ción con un gran productor de cal, y esta empresa nos aconsejó entonces contar con Sodimate para llevar a cabo el sistema de tratamiento. Así que nos reunimos con estos auténticos especialistas en la manipulación de materiales en polvo, con los que empezamos a trabajar”, recuerda Pascal Labourdique.
UNA SOLUCIÓN A MEDIDA
En la planta de biomasa de Rambervillers, los humos que salen de la caldera pasan por un conducto que precede a un gran filtro de mangas. Este último conserva más del 99,9% de los pulverulentos. Finalmente, una chimenea libera los gases calientes a la atmósfera. Por lo tanto, es en el conducto donde conviene inyectar la cal. Sodimate ha propuesto una solución completa que incluye:
• Un silo de almacenamiento cilíndrico-cónico. Esta unidad de poliéster, de 17 metros de altura y tres de diámetro, ofrece un volumen de almacenamiento de 80m3. Tiene capacidad para hasta 40 toneladas de cal apagada en polvo (con una granulometría máxima de 300µm en el caso de Rambervillers). El conjunto va equipado con un cono de salida de un rompebóvedas y de percutores neumáticos para ayudar en la extracción de la cal, así como sondas de nivel y un sistema de pesaje. Y, por supuesto, todos los equipos de seguridad e inspección necesarios.
• Un sistema de extracción y dosificación, un sistema de regulación del caudal y posterior transferencia neumática de cal hacia el flujo de humo. En este paso Sodimate implementa sus tecnologías patentadas, únicas en el mercado.
• Control PID: la cantidad de cal inyectada depende en todo momento del nivel de contaminación en los humos. Dicho nivel se mide mediante una sonda de HCl instalada en la salida de la chimenea, cuya señal se envía en 4-20 mA al regulador automático. La composición de los humos puede variar mucho dependiendo de lo que la caldera queme en un momento dado.
• El sistema en su conjunto está completamente equipado de sensores para garantizar su correcto funcionamiento. Peso del silo, nivel de la cal, velocidades de rotación de los diferentes motores, presiones, etc. Todo queda gobernado desde un armario eléctrico al que se añade un modulo que permite el control remoto.
FRENTE A LAS ESTRICTAS LIMITACIONES, UNA TECNOLOGÍA ORIGINAL
Pese a ser relativamente corriente, la instalación de Egger debe cumplir con unos requisitos específicos. La primera restricción es de naturaleza económica: es necesario inyectar la cantidad justa de cal en cada momento, ni más ni menos. Aquí entra en juego la gran baza de Sodimate: el rompebóvedas dosificador, el único dispositivo del mercado capaz de llevar a cabo operaciones de vaciado de silo y de dosificación de cal a la vez. La planta de les Vosges cuenta con rompebóvedas ZDM 400 y un dosificador DDMR 40 SCF. El conjunto, equipado con todos los motores y sensores necesarios, está conectado a la sonda HCl, cuya señal actúa sobre un variador de frecuencia que controla el motorre-ductor del dosificador. En función de la señal recibida del autómata, el rompebóvedas dosificador puede enviar de 1,66 a 8,33 gramos de cal por segundo, es decir, entre seis y treinta kilos por hora. También es esencial distribuir de manera uniforme el aporte de cal en el volumen de humo a tratar, que alcanza una tem-peratura de 180ºC. Una tubería de poliuretano transporta la cal a lo largo de 40 metros (10 de ellos en vertical), desde el silo hasta el conducto. La cal es pro-pulsada entonces por la soplante equi-pada de un variador de frecuencia. La tubería acaba en una lanza de inyección de acero que penetra hasta el centro del conducto. Por lo tanto, el reactivo se inyecta en el corazón de la corriente de humo y no en los extremos, lo que asegura una mezcla homogénea entre el humo y la cal.
RAPIDEZ Y CONFIANZA
Después de unas primeras conver-saciones en primavera, los representantes de Sodimate visitaron la planta de Rambervillers en julio de 2020 para afinar su propuesta. Desde el pedido, realizado en esa fecha, hasta la entrega pasaron cuatro meses. Cuatro meses durante los cuales Sodimate finalizó el diseño, construyó y luego probó exhaustivamente la instalación en el taller. A mediados de noviembre, y en solo dos días, el conjunto de la instalación quedó listo. “Después de un día de pruebas en vacío pusieron la instalación en servicio, y al final del segundo día ya teníamos ahí los resultados”, recuerda Pascal Labourdique.
Una rapidez y puntualidad que resultaron esenciales dado que la agencia Apave Alsace ya tenía previsto para el 25 de noviembre un control de cumplimiento de las emisiones. El resultado de dicha inspección fue satisfactorio: los humos de la caldera ya cumplen con los requisitos, y según los responsables de la planta nunca han superado los umbrales regulatorios desde entonces.
Como es habitual en Sodimate, la instalación va acompañada de una completa documentación técnica. “Sodimate es una gran empresa que sabe hacer las cosas bien: nos han proporcionado planes detallados y una documentación técnica muy completa, de más de mil páginas. Nunca habíamos recibido tanta documentación para una instalación de
este nivel”, dice Pascal Labourdique.